La
causa de que el juicio de la posteridad sobre el individuo sea más correcto que
el juicio de sus coetáneos reside en el muerto. Uno se despliega en su propio
modo de ser únicamente después de su muerte, únicamente cuando está solo. Estar
muerto es para el individuo como la noche del sábado para el deshollinador, se
desprende del hollín de su cuerpo. Se vuelve entonces posible ver si sus
coetáneos le han causado más daño a él o él más daño a sus coetáneos, en este
último caso fue un gran hombre.
Kafka