miércoles, 17 de junio de 2009

El Cuento de los niños malditos



Cuando llevo a mi hija pequeña al Colegio, siempre me pide por el camino que le relate una historia o un cuento. A lo largo de este curso he agotado los cuentos clásicos, los autores geniales, incluso los imaginados y los de amigos.

Y así llegó el día que no tenía argumentos ni memoria para nada. Absolutamente para nada. Y ante la insistencia, la improvisación.

Le conté la historia de los niños malditos. Ahora se sabe el cuento mejor que yo. Incluso lo aliña suave o completamente a su libre albedrío.

Unos niños que desean a toda costa que los coches duerman en los garajes. Y los que son aparcados en la calle los estropean y rayan, y han de llevarlos al taller, y de ahí al garaje. Los niños malditos son como superhéroes de la calle. De edad imaginaria, y suficiente.

Desconocía que la improvisación fuera a resultar tan positiva o negativa. Digamos tan exigente. Pero ocurrió. Lo siento. Es el relato que pide todos los días, y tan solo tiene cuatro años.


62 comentarios:

MarianGardi dijo...

Me has hecho reir condenado!!
Son cuentos modernos y los niños con los cuentos cursis de los tres cerditos ya se aburren.
El de la caperucita y el lobo ese està siempre de moda jejeje
Vaya imaginaciòn la tuya, mas real imposible.
Un abrazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Y tanto Marian. Es la realidad social evaporada.

Un fuerte abrazo, y gracias.

Dyhego dijo...

Cuando a un niño le gusta un cuento, aviado estás. Se lo tienes que repetir con pelos y señales todos los días. ¡Qué agotador!
Salu2

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Agotador, con gusto, no pica Dyhego.

Un abrazote, Dyhego.

maite mangas dijo...

Insisto en lo de la genialidad de los niños. A mí me da pena pensar en el día en el que ya no quieran que les contemos cuentos porque han crecido. Lo echaremos de menos.
Un beso

Javier Sánchez Menéndez dijo...

A ti Maite, a ti.

Un fuerte abrazo.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Un buen texto te creaste para tu hija... Muy bueno

Rosario Robredo dijo...

Buen texto sin duda...


Saludos

Liliana G. dijo...

Me siento sumamente identificada con vos, Javier. Cuando mis hijos eran chicos, como a todo padre (o madre) que se precie, también hubo un día en que se me acabaron los argumentos y debí improvisar sobre la marcha.

¡Nadie más crítico que un niño! Te hacen saber si les gusta y si no, y punto.

Gracias a esas improvisaciones ha surgido un libro de cuentos infantiles, aún inédito, pero con el que he trabajado en varias escuelas. ¡Una experiencia genial! Tienen más imaginación que nosotros, por supuesto.

Mi consejo es que vayas apuntando todo lo que le cuentes, también tendrás tu libro... y el suyo.

Cariños.

Dromo dijo...

felicidades
por esa bella princesita
de mcuatro anos

mm la historia
no sera algo fuerte
para su edad)

jeej como sea ingeniosa
y muy padre
se, las contare a mis hijos
cuando los tenga

saludos desde mexico
\

ABRIL dijo...

Buenísimo Javier. Nunca se le olvidará tu cuento. Inventalé uno cada dia, verás con que ternura te los recuerda cuando pasen veinte años.
Un beso para tí, otro para tu peque y un aplauso para los niños malditos.

Romina dijo...

demasiado curiosa para su pequeña edad
jajaja
increíble!
pero seguro que será una GRAN escritora...
como su papá♥

Besos apasionados♥

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

jajajajj tu niña cuatro añitos!!!!
No olvidemos que esos jovenes han sido educados por nosotos.....

Besitos y amor
je

PD
habra sido rayado tu cohce?....je

Julio dijo...

No te hablaré como profesor de Literatura Infantil sobre los beneficios que reporta el cuento en el desarrollo de las habilidades lingüísticas de los críos, porque es algo que tú conoces a la perfección. Me quedo con la parte afectiva, Javier: ahí te mereces un diez, fijo.

Un abrazo.

Capitán dijo...

Javier, a mi me pasó lo mismo con mis dos hijos mayores y un cuento de un girasol con tortícolis que no podía seguir el sol. Y se convirtió en el maldito girasol porque se repetía día tras día y haabía de ser con las mismas palabras.

Con mi hija pequeña ahora el cuento son las tablas de multiplicar que los dos mayores han de repetir sin cesar mientras vamos al colegio, y evidentemente se repiten día tras día.

Lo de los nisños malditos es fantástico, y seguro que a tu hija la engancha por doble motivo, ya que incluye el morbo de lo siniestro.

Un fuerte abrazo

José Miguel Ridao dijo...

Mas que niños malditos son ángeles justicieros. Lo da rayar los coches mal aparcados es para mí un sueño, un acto de justicia divina. Buen cuento, sí señor, mejor que el de Caperucita de aquí a Lima.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Qué cuento más bonito.
Los niños se convierten en superhéroes de esos animales fantásticos que son para ellos los coches.
Debe ser bonito ver la cara de asombro de tu nena.
Besos.

Máster en nubes dijo...

Me ha hecho gracia y me ha recordado un poco a Roal Dahl, que es divertidísimo. Ser malos, malones, gamberros, es una aspiración secreta o nada secreta de muchos niños, como el mundo al revés, que también les atrae mucho.
Un abrazo,
Aurora

Isabella López Muñoz dijo...

La verdad es que los niñ@s son fantásticos, y de una mota de polvo son capaces de crear una ciudad perdida en el desierto. yo le haría caso a Liliana G, e hiría apuntándolo todo para el día de mañana.
Un bss

Ranzzionger dijo...

Me ha encantado la entrada y me ha hecho reflexionar cómo el ser humano mantiene una curiosa relación con los cuentos. De pequeños nuestros padres, Disney o los tebeos nos trasladan a un mundo imaginario que aceptamos entusiasmados siempre que tengan cierta coherencia interna; en la adolescencia dejamos de creernos esas historias, sobre todo si son los padres los que nos las cuentan, y nos creemos los cuentos, aunque sean incoherentes, de nuestros colegas o los relatos de terror que salen por la caja tonta; un poco más tarde, nos creemos los cuentos de los políticos y de algunos iluminados que salen por la misma caja, es la época de las grandes ideas y de los amores exaltados. Después, vamos madurando y los cuentos nos los vamos creyendo menos, vengan de donde vengan; aunque eso sí, aferrados a algo de nuestra infancia, seguimos encantados de que nos repitan incesantemente aquellos cuentos que nos gustan, sobre todo si son cuentos donde nos halagan, o nos confirman en nuestro pensamiento y prejuicios.
Un abrazo.

Mt dijo...

Se nota como evoluciona la sociedad y los cambios que conlleva con ella , lo típico eran los cuentos clásicos de antaño , caperucita roja, blancanieves , los tres cerditos...y compruebas como van cambiando con aportaciones de valores , siempre que sean positivos , por supuesto.

Es hermoso , que tengas capacidad de inventiva y tu mismo crees tus propios cuentos para tus hijos , cuando sea mayor tendrá hermosos recuerdos tuyos.

P.D:
Mientras no te pida que le cuentes " El señor de los anillos " , ya te veo dando vueltas con el coche por el colegio hasta que termines el relato jaja

Un fuerte abrazo.
Besos.Vicky.

Jesús Aparicio González dijo...

Los niños no quieren ya cualquier cosa y son insaciables, yo a veces les cuento historias de mi vida pasada que nunca ocurrieron. Suelen ser generosos y hacen que se las creen.

Me encantó pasar por tu blog, gracias por tu visita al mío y espero que mis poemas te gusten.
Un abrazo
Jesús

Juan Antonio González Romano dijo...

Yo también he tenido que recurrir a cuentos inventados. El preferido de mis hijas el el de Isabel Nonata (depués el de Teresa, después el de Reyes, por fin el de Elena), una niña que decía "No" a todo. Más de un berrinche he calmado con este cuento, el favorito de todas mis hijas de pequeñas. También está el de la vecina pillina, pero ese hay que escenificarlo y todo.
Oh, qué grandes momentos.
Un abrazo, Javier.

Anónimo dijo...

me encantan estos cuentos inventados que a los niños maravilla!!!
sé, que no cualquiera puede armarlos cómo lo haces tú.......felicitaciones..


un abrazo

Conchi Guirao dijo...

jejeje...

Que bonito que tu niña pida todos los dias de camino al colegio que le cuentes una historia...

Eso es porque tiene un buen padre que la está introduciendo en el maravilloso mundo de las palabras...

Un saludo, Bonito Álogo.

Conchi.

América dijo...

Tan bella tu hija!,y como se le dice que no?...
te aseguro que a pesar de su corta edad la experiencia de compartir contigo tan deliciosos relatos sera un tesoro que probablemente el día de mañana ella comparte con sus propios hijos....JAJAJAJ...Disculpa que ya te la casé....!Pero el tiempo pasa tan deprisa,en fin...También me quedo con la parte afectiva la escena me resulta fácil imaginarla,su pequeña mano sujetando la tuya,y en tu rostro más de una carcajada contenida!..

Alonso CM dijo...

Javier, creo que los hombres somos así. Mi madre se inventaba los cuentos, yo me los invento , tu hija lo hará con tus nietos... Sin la tradición oral ni imaginación de los padres, creo que no habría literatura. Se trata a fin de cuentas de sembrar en la inteligencia simbólica del niño.
Vuelvo a felicitarte y no sé cuántas llevo.
Un abrazo

Alejandro Muñoz dijo...

Vivimos en la ciudad con más coches mal aparcados del mundo. Sueño con recorrer un día Eduardo Dato desde el puente hasta la Gran Plaza sin moverme del carril de la izquierda. Admiro a esos niños porque la poli local de aquí parece que no te lee.
Un abrazo.

Juan Manuel Macías dijo...

Me ha encantado eso de la improvisación "exigente". Lo suscribo. Es todo un misterio. Supongo que Homero actuaría así muchas veces ante su auditorio.
Un saludo.

SHE dijo...

Un mundo sin autos mmm, ojalà que no fuese
sòlo un cuento jooooooooo.

Una improvisaciòn muy simpàtica, felicidades!
(muy buen cambio de foto personal :))

Peggy dijo...

Les gustan oir relatos a esas edades ....a mi mepasa con mi sobrino ...analizan las palabras y las preguntan ......es su forma de descubrir el mundo ...
Kiss

ASOCIACIÓN SOCIOCULTURAL ATAMAN dijo...

Hermoso ! un beso

Marisa Peña dijo...

Ay los hijos, esos locos bajitos...Un abrazo

Alma Mateos Taborda dijo...

Excelente cuento y ajustado a la realidad que nos toca vivir. Me encantó. Un abrazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Carla.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

También mis saludos, Charo.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Apunto el consejo Liliana.

Mil gracias, y un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Saludos Dromo, gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Abril, ¡esos niños malditos!

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Passion, gracias por tu álogo.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Sede, todavía busco a esos malditos que arañan mi coche todos los días...

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Julio, gracias por tus palabras.

Yo también me quedo con el afecto.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Capitán. Bueno tu álogo, y tu imaginación.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Ridao, ¡qué arte tienes!

Aún no sé muy bien que hacen los malditos. Cada día mi hija dice una cosa distinta.

Un abrazo, con afecto.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Parsimonia, la cara de asombro la mia. De escuchar las cosas que me dice.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Aurora, lo has captado. El mundo al revés.

Así lo ven los niños.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Isabella. He tomado nota.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Eres tremendamente generoso Ranzzionger. Muchas gracias por tus actos, y por el álogo.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Vicky, ha cambiado tanto la sociedad... Y con ello los propios cuentos.

Pero otra cosa que quería decir, la has entresacado del texto. A los niños de hoy, los cuentos clásicos desgraciadamente, se les acaban.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Jesús Aparicio por la visita, y por el álogo. Un placer visitar tu Casa.

Esta también es la tuya.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Enormes momentos Juan Antonio, enormes.

Eres un genio.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Adrisol, gracias de corazón.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias a ti Conchi, por tu álogo.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

América, casada ya¡¡¡

Pues no me importaría, nada.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Miradme, gracias. Me pones "colorao", de veras.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Alejandro, la Poli local de aquí, no lee nada. Nada de nada.

Joder, ¡tienes tanta razón!

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Juan Manuel, Homero era sabio, y sabía mucho.

Ante su auditorio haría genialidades, pero le regalo a mi hija, seguro que vuelve en dos segundos.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias She, un sol, eres un sol.

Un abrazo (improvisado).

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Kiss, Peggy, kiss.

A las nuevas generaciones les pasa lo mismo.

Y me alegro, mucho.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un abrazo Verónica, y gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Sabes mucho, Marisa, mucho.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias por la visita Alma.

Un abrazo.