Claro que me aburro, el verano es la estación de la penitencia, el
momento en que se para el reloj y todo funciona a su ritmo, nunca al nuestro.
La temporada de la ordinariez y el mal gusto.
No soporto la incultura, las mentes vacías y las conversaciones
huecas. Busco cuanto no proceda del verano.
Las mentira, como el topless,
llena al hombre de humo.