Hace ya algunos meses que falleció Saúl y no logro encontrar el
equilibrio. Tan solo la lectura salva del abandono, de la desesperación.
Miro alrededor del mundo y escucho las ambiciones de los seres
inútiles; da la impresión que todo está determinado, que escriben el futuro
cuando éste no existe.
Se empeñan las personas en acudir al arte y arte las rechaza. Quien
piensa en el poder acabará abocado al sufrimiento. Ambición y poder son los
signos ajenos a la literatura.
No puedo olvidar las últimas palabras de Saúl en la fuente de Dubrovnik:
Debes vivir ajeno a todo lo que ocurra alrededor
del falso arte, aléjate de aquellos que dicen ser poetas.