sábado, 30 de mayo de 2009

Conmiseración



Hay personas que desde siempre poseen un alto grado de sutileza. Ayer mismo recibía un correo de un compañero que me indicaba: “Mi idea es esta, pero naturalmente la someto a tu consideración”.

Se puede hablar más claro pero no más frágil. Y, bueno, lo que en un principio era consideración se convierte rápido y veloz en conmiseración, o lo que es lo mismo, acepto gustoso tu propuesta, que me parece muy acertada.

Luego, a solas y tranquilo. Cuando la cabeza reflexiona y no hay poemas rondando como abejas o buitres, llegas a la conclusión, que eres un gilipollas.


32 comentarios:

Ignacio dijo...

No acabo de entenderlo: o es demasiado perverso o demasiado sencillo pero me da la impesión ed que se me escapa.

José Miguel Ridao dijo...

Javier, espero que tu amigo no lea tu blog, aunque bien pensado nuestros cuadernos deben librarse de servidumbres, y el tuyo es de los más libres. Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Bueno, no sé si el amigo es real o es un motivo literario, pero a mí la entrada me hacer pensar en general. He tenido un caso muy cercano en los últimos meses. Para mí que eso que cuentas se llama manipulación. Hay gente que siempre quiere ser mecida, acunada, te hace sentir mal hasta por mostrar indiferencia. Piden que parece que dan. Son amables siempre. Es muy difícil decirles no. Es muy difícil decirles: "es que no me gustas, es que no vales nada, ni tú ni tu propuesta, esa es la verdad". Y, mientras tanto, ellos mueven los hilos con dulzura. Hilo de babas.

Joaquín dijo...

Esto es ni más ni menos que lo del tango:

¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!
¡El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!

Ranzzionger dijo...

Ay, los pasivos-agresivos, que caminan por la vida pidiendo permiso mientras meten el hombro del remordimiento ajeno y de las buenas formas, para saltarse la cola. La prueba del seis para esas personas, es darle la vuelta al razonamiento y ver si tienen esa misma capacidad de aceptación cuando se les contradice educadamente. Si es así, son buenos encajadores, si no, manipulan aplicando la ley del embudo.

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Bueno, pero si hay un responsable de tu decisión eres tu.
De todos modos no te apures a esa conclusión última que llegaste no tiene por que ser la última.je,je
Besos y amor
je

Alejandro Muñoz dijo...

Javier, tu amigo es un tipo tonto.
Espera, ¡no!, es un tipo muy listo.
Joder Javier, ¡qué tío más difícil!

Ignacio dijo...

¿no dejé un comentario antes?


decia qwue lo que no entiendo es porqué te sientes gilipollas

Violeta dijo...

jajajajaj, es genial.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Hola Ignacio, acabo de llegar y veo que has preguntado doblemente.

Es un hecho real. La moraleja, es la siempre, contar hasta diez antes de tomar una decisión o aceptar algo. No es una tontería. En cambio si te dejas llevar por los impulsos (como yo), la mayoría de las veces, se me queda la cara de gilipollas.

Y todo por no contar hasta diez, o cien, sería mejor cien.

Gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Ridao, no pienso en eso, ni mucho menos, es simplemente una anecdota, y desde luego la conclusión se la he indicado a Ignacio en el álogo anterior.

Gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Sí Olga, es manipulación. Tal vez no sea el caso de mi compañero, pero existe.

Quizá lo haga sin darse cuenta, pero hay otros expertos.

La culpa es mia, en este caso, por aceptar.

Gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Pues si, Joaquín, tiene sangre de tango. Pero no llegó al rio.

Gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Es así Ranzzionger, de hecho Ignacio te ha incluído el álogo en su Cuaderno.

Magnífico álogo, magnífico.

Gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Siempre Sede, siempre.

Unico responsable, y exclusivo.

Hay que contar hasta diez.

Gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Alejandro, es uno, solo uno. Ni listo, ni tonto.

Es.

El tonto soy yo.

O soy listo?

Alejandro, esto es muy dificil.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Ignacio, simplemente por haber aceptado la propuesta.

¿No te ha ocurrido nunca que algo requiere una prisa especial? Y la decisión hay que tomarla como para ya. Pues eso.

Sacas la conclusión que nada es absolutamente tan vital más que una decisión donde se juegue la vida o la muerte. Todo lo demás puede esperar.

Y lo que dicen los álogos. Hay expertos manipuladores, que saben jugar con esas "prisas".

Y como conclusión, pues soy un gili, ya que, en este caso concreto le dije que "sí", que acepto.

No es ya por el caso que contamos. La entrada sirve para explicar a través de una circunstancia real, un hecho que ocurre a menudo en nuestras vidas.

Y se nos queda una cara de gilis¡¡¡¡

Gracias Ignacio.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Violeta.

ade dijo...

- El mundo sutil, es el mundo de las profanaciones. Besos. Ade

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Sí Ade, es así.

Desgraciadamente así.

Un abrazo.

Peggy dijo...

Vamos a ver , casi siempre hay un estrategia escaqueo de las decisiones erróneas precipitadas ..... a posteriori casi todo es enmendable ....y sino queda la satisfacción que la cagada es nuestra .

Saludos

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Eso es, y así lo has dicho Peggy.

Es nuestra.

Un abrazo.

Liliana G. dijo...

Supongo que es una cuestión de temperamento, acceder primero y darse cuenta después que nuestra propuesta podía ser igual o mejor que la que nos acerca el otro. Quizás tenga que ver con una incertidumbre propia o bien por un exacerbado don de gentes.

Pero como yo no tengo ni una, ni otro, evalúo ipso facto antes de contestar, no sea que alguno aproveche mi descuido para endosarme sus ideas inconsultas.

Un besote, Javier.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Liliana. Pienso que tienes don de gentes.

Yo estoy seguro. De eso Liliana, solo de eso.

Un fuerte abrazo.

Juan Antonio González Romano dijo...

En circunstancias así no niego que se le pueda quedar a uno cara de gilipollas, pero también se podría aplicar aquello de "de sabios es rectificar"; tal vez si ese presunto suavón es sometido a esta "prueba de rectificación" podrás saber si en efecto es un suavón o si, simplemente, era cierto que dejaba la decisión en tus manos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Esas son las cosas que se deben hacer.

Y los dos elementos que comentas existen. Muy realmente.

En este caso, creo que hoy he escarmentado.

Un abrazo.

Juanma de la Torre dijo...

... lo someto a tu consideración. En un socio vería inseguridad, o quién sabe, maldad. En subordinado, vería necesidad de aprobación. En un amigo, no querer ver la verdad. En una mujer, imposición.

Y toda respuesta queda condicionada.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Pues si te digo de quien es el email te descojonas.

Pero como buen gaditano, que lo diga el Selu en el Falla, el año que viene.

Un abrazo.

Mery dijo...

O lo que es lo mismo, que Dios me libre de las aguas mansas, que de las bravas ya me libro yo.

Si, eso de la cara de gilipollas lo entiendo muy requetebien.
Un abrazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un abrazo Mery.

Entiendes y actuas.

Eres de los mios.

Otro abrazo.

Emma Núñez dijo...

No siempre es fácil aceptar la idea del otro y reconocer que tiene razón.
Yo necesito tiempo para reflexionar, no sirvo para tomar decisiones instantáneas, a veces me arrepiento...
Un abrazo Javier ;)

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Comparto el tiempo contigo, Emma.

Un fuerte abrazo.