jueves, 21 de mayo de 2009

El camión de la basura



Tantas veces pensamos que hacemos daño si irrumpimos. Si deambulamos y queremos ser protagonistas de una actuación. Y creemos que hemos hecho daño.

Muchas veces tomamos una decisión que a nuestro juicio posterior es equivocada. Nos arrepentimos de ella. Hasta nos maldecimos infinitas veces.

Siempre pensamos en lo que podía haber sido y lo que ha sido, y no estamos conformes. Nunca.

Nuestra culpa es tan grande por lo que hemos hecho y hasta por lo que hemos dejado de hacer. Y nos sentimos destruidos.

Pero si abrimos los ojos por un instante vemos que no hemos hecho nada, absolutamente nada. Todo está escrito. Todo está predeterminado.

Lo que ocurre, es y debe ser con nosotros y sin nosotros. Y el error no lo hemos cometido, no lo olvides, estaba ya condenado al fracaso.

32 comentarios:

Liliana G. dijo...

Es cierto que a veces digo cosas de las que me arrepiento. Pocas veces hago cosas de las que me arrepiento. Nunca tengo sentimiento de culpa.
¿Soberbia? Para nada.
Simplemente asumo que dije e hice lo mejor que pude y supe en ese momento, aunque luego de reflexionar piense diferente de lo que pensé al obrar.
Y hasta aquí llega mi planteo, pues es imposible volver atrás para reparar lo que he hecho, ergo, no vuelvo sobre el tema.

¡Ah! Y no creo que nadie me haga el libreto, de eso me encargo yo, por eso de "caminante no hay caminos..."

Un gran cariño, Javi.

Máster en nubes dijo...

Yo creo que nos equivocamos mucho, que metemos la pata sin parar, y casi siempre sin intención de hacerlo, incluso con buena voluntad. Que podemos hacer daño incluso cuando queremos acariciar, así es la vida.

También pienso que no todo está escrito, creo en la libertad, no en el destino, vamos, aunque sí en la providencia.

Tambien creo moderadamente en la culpa sin destrucción, ni propia ni ajena. Es un decir, los de Valladolid vamos con la culpa puesta como si fuésemos judíos. Quizás es más en la responsabilidad en lo que creo, no sé.

No sé, Javier, en cualquier caso yo creo que hay siempre puertas abiertas, que una vida puede ser muchas vidas y que aparentes fracasos pueden volverse otras cosas, reconvertirse.. Y que todo menos machacarse vivos, que no es ir de inocentes por la vida o de incautos, imprudentes.

En todo caso te mando un abrazo,
Aurora

Olga Bernad dijo...

Yo me he sentido así a veces, irrumpiendo cuando lo que quería era acariciar, tomando decisiones equivocadas. ¿Sabes lo que me ha salvado? Que me perdonen. Hay gente que sabe hacer eso, de verdad;-)
un beso.

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Culpas y fracasos?? No creo en ello, mas creo en cosas que funcionan y que no funcionan
toda experiencia es válida aunque solo sea para saber que no funciona.
Besitos y amor
je

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Liliana, se ve que eres un mujer muy clara, muy clarita.

Yo sigo pensando que nos ponemos un velo en los ojos, e irrumpimos, sin maldad, claro está, o sin maldad aparente.

El hecho radica en creernos culpables, cuando en realidad no lo somos.

Piensa que la gente por naturaleza culpa a los demás, no quiere decir que sean perfectos, pero que muchas veces no asumen su culpa.

Bueno, un fuerte abrazo y mil gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Estimada Aurora, te digo lo mismo que a Liliana. Aunque en la siguiente entrada de otro día hablaré de eso.

Muchas veces no queremos asumir que lo hemos hecho mal, que lo hacemos mal, con razón o sin razón, justificada o injustificadamente, pero lo hacemos.

Y somos culpables, y debemos de reconocer nuestros errores, mientras no reconozcamos nuestros errores seguiremos estando dentro del camión de la basura.

Un fuerte abrazo Aurora.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Claro que hay gente que sabe hacer eso de verdad Olga, y hay gente que se destruye por perdonar.

Y hay gente que se muere sin reconocer su error, aunque lo hayan perdonado.

Gente o no gente.

Un abrazo Olga.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Sede, se ve que eres de las empíricas.

Un fuerte abrazo y gracias.

Julio dijo...

Errare humanum est.
Inquietante entrada, Javier

maite mangas dijo...

Javier, el sentimiento de culpa no lleva a nada, nos estanca, nos pudre. Para mí es mucho más útil el sentido de la responsabilidad. Asumir nuestros actos con sus consecuencias.
La diferencia está en la actitud activa o pasiva. La culpa contempla y se lamenta, nos atormenta y no nos deja avanzar .La responsabilidad sobre los actos siempre está atenta a los efectos que podamos causar, los analiza y los corrige si es necesario.Nos hace crecer. La culpa nos enferma.
Un abrazo.

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Javier, no llego a tanto, pienso que no necesariamente para tener conocimiento de algo hay que experimentarlo. a veces no hace falta ponerse delante del tren para experimentar que te va atropellar. Pero si creo que tenemos que experimentar, que la sabiduria viene con nosotros pero el conocimiento se adquiere.
Así como tambien pienso que la razón sólo existe en el pensamiento y que nuestros pensamientos se basan en nuestras creencias. Así que nos dan algo en lo que creer, y somos capaces de todo.
así que me guio por sentimientos normalmente por amor.
besitos y amor
je

Dyhego dijo...

Creo que el mayor daño que ha hecho la Iglesia (Religión Católica, Curas, Cristianismo o lo que sea) ha sido la idea de "culpa". Para el cristianismo ya naces con la "culpa". No se sabe muy bien qué culpa, pero eres culpable. Y sigues siendo culpable de todo.
¡Anda ya!
No tengo las ideas claras sobre este tema: el fatum, el destino, el "a todo cerdo le llega su San Martín", los "renglones torcidos de Dios" y todo eso.
¡Mí no saber, bwana! (dicho sea sin ofender a nadie).
Salu2

Ranzzionger dijo...

Interesante reflexión Javier. En parte estoy de acuerdo con Dyhego, ese sentimiento de culpa judeo-cristiano que nos acompaña. Recuerdo una frase de Woody allen en Broadway danny Rose, "yo me siento culpable aunque no haya hecho nada". LO curioso es que, desde mi punto de vista, es más culpable el que por omisión no actúa, el que no se rebela ante una injusticia, el que permite el surgimento del tirano, que el que, quizás precipitado se equivoca en su acción. Eso sí, es curioso como la sociedad actual nos lleva, en una lamentable ley del péndulo, a no asumir responsabilidades sobre nuestros actos y consecuencias de ellos.

José Miguel Ridao dijo...

Determinista estás, Javier. Discrepamos; yo creo que vamos haciendo el camino todos los días, y lo hacemos nosotros con nuestros c., nadie nos lo puso ahí. Que miremos atrás satisfechos o insatisfechos es otro asunto.

Un abrazo.

lisebe dijo...

Querido Javier:

Es un placer venir a relajarme después del trote que llevo con todo lo que sabeis ...

Estoy algo retrasa en lecturas y blogs, pero es un relajo leerte.. y ver que la entrada que he leido va de "Predestinación", bueno si lo pienso friamente.. el destino está escrito y nosotros solo somos marionetas de él.. es eso??

Bueno sea lo que sea.. es un gusto.. saber que estás ahí..

Besos

Taller Literario Kapasulino dijo...

Un post interesante... yo creo en el destino, pero a la vez creo (aunque sea contradictorio)que nosotros llevamos las riendas de nuestra vida, y que somos responsables de nuestras desiciones, porque sino me arrepiento de lo que hago, algo que quizas estuvo mal, entonces creo que seria un desastre total, hariamos cualquier cosa, total no es culpa nuestra sino del destino.

Muy buen post! me gusto mucho

Marisa Peña dijo...

Pues sí, muchas veces irrumpimos sin mala intención y nos equivocamos.Hacemos daño sin darnos cuenta, tal vez debíamos aprender algo de esa persona.Duele no entender qué hemos hecho mal...Siempre queda poderse explicar y saber perdonar.La diferencia estriba en la voluntad:si hacemos daño por venganza, o por envidia, o por lo que sea pero con voluntad de hacerlo, no es lo mismo que hacerlo sin esa voluntad previa que lo emponzoña todo.
Da qué pensar.besos

Alonso CM dijo...

Me vuelves a sorprender otra vez, puñetero. Me estaba entregando a lo que decías y al final, pum, el leñazo a la psique. Luego me voy para la cocina y me dejas dándole vueltas.
Un abrazo, Javier.

Mery dijo...

Entonces crees en la predestinación...pues que sepas que estás condenadito por la Iglesia, que defiende el libre albedrío a capa y espada.

Lo que sí es tremendo para el ser humano es el arrepentimiento, el sentido de culpa permanente. Es una cadena que arrastramos penosamente y sin visos de enmienda. Pobres de nosotros ¿verdad?

Buenas noches y un abrazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Julio por tu álogo.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Tienes razón Maite, mucha razón, pero es tan difícil de asimilar.

La culpa es mala, y no debe existir.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias por la aclaración Sede, la había entendido, pero si cabe, eres más clara aún.

Un fuerte abrazo con mi amistad.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Querido Dyhego, sí y no.

Verás, es fácil culpar a la Iglesia de todo, y ante todo. Es fácil.

Realmente tiene mucha culpa de nuestra "culpa" y de nuestro sentimiento de culpabilidad cristiana, tal y como lo entendemos.

Pero desde luego, la culpa existía desde tiempos inmemoriales, antes del cristianismo.

Un fuerte abrazo y gracias por tu álogo con mi admiración.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Querido Ranzzionger, comparto tus principios, desde luego, los comparto, aunque en parte exponga mis teorias de la vida de otra forma, pero es lo que pienso.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

José Miguel, no determinista, el determinismo como tal no existe, estoy realista, más realista que nunca.

Lo siento.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Lisebe por tus palabras, mil gracias.

Un fuerte abrazo con mi amistad y admiración.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Ah Carla, piensa por un instante, si llevamos nuestras riendas crees que el caballo correría tanto.

Pienso que no, trotaría.

Un fuerte abrazo Carla.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Marisa, el post de hoy continúa la serie, es más "explícito".

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Miradme, con admiración, mil gracias.

No lo pretendo, sólo lo expongo, exclusivamente.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Bendita condenación Mery, bendita, y más bendita, pero condenación al fin y al cabo, y mi infierno me lo imagino como una piscina llena de Wyskhi, o Wiskhy, que es lo mismo.

Un fuerte abrazo.

Mery dijo...

Jajaja, Javier, no hay mal que por bien no venga.
Lo mismo hasta te pones moreno al salir del agua, con el colorcillo ambarino de tan magno líquido.
Un beso

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Moreno y morena Mery, que con el ambar, todo o nada se sabe.

Un fuerte abrazo y buenas noches.