miércoles, 27 de mayo de 2009

La siesta



Me siento presionado, abandonado, completamente perdido y sin confianza. El gran hombre puede ser una minucia, en un segundo. Desgraciadamente he conocido la diferencia entre un hombre bueno y uno malo. Y es poca, muy escasa. Apenas existe.

Nací hombre y ahora vuelvo a renacer sin verdad fundamental. Nunca alcanzaré la cumbre, la meta, el objetivo. No existe la obediencia, ni la consecución moral.

Nuestras pieles van mudando con el paso de los años, y al final la voluntad deja de ser realidad.

Pero debe recordarse que la capacidad se vuelve práctica, a veces cruel, y la inspiración juega malas pasadas. Dormidos y despiertos.


22 comentarios:

rodri dijo...

voluntaria o involuntariamente, dormidos o despiertos no nos cansemos de escribir...
ABRAZOS

Taller Literario Kapasulino dijo...

Un post fuerte... muy bueno.
Escribis muy bien

Liliana G. dijo...

Yo diría más bien que el hombre puede ser una minucia a la hora de la siesta, cuando no hay dios que lo mueva y cuando las dudas existenciales no existen, mutan en la placidez inconmesurable del merecido descanso.
Y todo esto, merced a la práctica, claro, que de la inspiración ni se acuerda...

Un cariño Javier.

(¡¡Gracias por estar en mi nuevo blog!!)

Julio dijo...

Anímate, Javier, que no será todo tan malo...

Olga Bernad dijo...

"Desgraciadamente he conocido la diferencia entre un hombre bueno y uno malo. Y es poca, muy escasa".
Pero la tiene que haber, en un momento todo parece inclinarse hacia el lado oscuro, pero seguramente se puede corregir la iluminación.
Esa frase también puede tomarse por el lado bueno (supongo).
En cualquier caso, ánimo, como dice Julio.
Y buenos días, Javier:-)

Juan Antonio González Romano dijo...

Tras la siesta, la tarde. Tras el sueño, la luz. Tras el tropiezo, levantarse. No queda otra. Y siempre nos encontraremos en el camino.
Así pues, Javier, en el camino nos vemos. Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Nunca Rodri, nunca.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias por tus palabras Carla.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un placer Liliana, un placer.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Julio, estamos más animados que nunca.

Otra abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un abrazo Olga.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Arrieritos somos Juan Antonio, y en el camino beberemos...

Un abrazo.

Conchi Guirao dijo...

Así vamos todos...dormidos y despiertos, pero más dormidos que otra cosa.

Es dificil desperar para el ser humano, esencia?? no, muy poca, muy escasa.

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Todo es como tu lo sientas, lo pienses....yo pienso que nosotros somos los creadores de nuestra vida. Cambiemos los pensamientos y nos sentiremos mucho mejor
besos y amor
je

José Miguel Ridao dijo...

Me ha llamado mucho la atención la idea de que hay poca diferencia entre un hombre bueno y uno malo. Da que pensar.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Conchi, estoy de acuerdo contigo.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

De acuerdo Sede. A veces es así como sentimos y escribimos.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

José Miguel, claro.

La diferencia entre un mal poeta y un buen poeta, no está en los versos, ambos los escriben, ni en la poesía, ambos la hacen.

la diferencia entre una didáctica mala y una buena, está en las cabezas pensantes, ya que ambos hacen didáctica.

Un fuerte abrazo, "auto-didacta".

Emma Núñez dijo...

La línea que separa a un hombre bueno de uno malo, por delgada que sea, existe, deberíamos saber reconocer ese límite para no traspasarlo, a no ser que se desee, claro...

Un abrazo Javier.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Hola Emma, existe la línea, existe, es tan fragil...

Un abrazo.

Mery dijo...

¿La diferencia entre un hombre bueno y uno malo, o la fina línea que traspasa un hombre bueno para convertirse en perverso?
Creo que puede inducir a error.
Pero no son horas estas de la noche para andar con sutilezas ¿o si?
Un abrazo, Javier y compañía

Javier Sánchez Menéndez dijo...

No eran horas Mery.

Pero la línea, aunque existe, es muy leve.

Un abrazo mañanero.