viernes, 8 de mayo de 2009

Mínima



Un hombre dice a otro, “Si quieres vivir, vive”.

Y su amigo responde, “¿Qué has dicho?”.

Total, vivir, querer vivir y preguntar, es una misma cosa.

Pero no olvides nunca, que el deseo, tal y como lo conocemos, nunca existe.

30 comentarios:

Mery dijo...

Oiga usted, don Javier, este párrafo suyo me está haciendo pensar.
Si el deseo que conozco no existe ¿cómo interpretarlo? ¿puedo buscar de algún modo su verdadera naturaleza?
Ensimismada me quedo.
Buenas noches

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Vivir para recordar, sin desear y experimentar
je
besos y amor

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Mery, por favor de tú.

Mira, interprétalo sólo como conocimiento, como mero conocimiento.

La naturaleza del deseo no se puede buscar por no es, sólo está en nosotros, en lo que queremos que sea.

No es real, ni tangible.

Un abrazo y gracias Mery.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Sede, es cierto, vivir para recordar.

Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

"Si quieres vivir, vive". Pues me lo voy a aplicar. Suena al "ama y haz lo que quieras". Qué fácil (y qué difícil), y nosotros venga a complicárnoslo con la simpleza de las depresiones.
Pues eso, a vivir, dejar vivir y que nos dejen.
Hala, buenas noches con beso.

Mery dijo...

Pero qué perverso eres, sueltas un bombazo dialéctico y ahora me dices que no lo piense.
Grrrrr.

Bueno, otra vez buenas noches y un abrazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un beso Olga. Es lo que hay.

Buenas noches.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Buenas noches Mery.

Un abrazo.

rodri dijo...

que el deseo, tal y como lo conocemos, nunca existe... totalmente de acuerdo... tu mínima yo diría que es máxima.
ABRAZOS

Romina dijo...

jaja..pero que lo han querido debatir amigo!
yo creo que el deseo que conocemos, existe en nuestros corazones y gozosos estaríamos de ver, si alguno de ellos se convirtiese en relidad..
creo que mi pecho quedaria bañado de luz!
Muy bonita mínima :)

Besos Apasionados♥

(postea todos los días?)

Jesús Cotta Lobato dijo...

Decía Schopenhauer que el que desea sufre mientras no tiene lo que desea, y cuando lo tiene, deja de desearlo porque lo tiene y empieza entonces a desear otra cosa. Total, que nos invita a no desear, o sea, a estar muertos. Yo prefiero vivir y sufrir.

José Miguel Ridao dijo...

Será que esta mañana estoy espeso, Javier, pero reconozco que el sentido de tu entrada me supera. ¿No te habrás inspirado en Larsson o en Brown para sacar tamaña profundidad? Y luego dices que yo soy muy maduro...

Dyhego dijo...

JAVIER:
Nada, que te empeñas en que me tenga que leer varias veces tus reflexiones para intentar entender algo...
La conclusión que saco de mis adentros es que "culico veo, culico deseo".
Suscribo a Cotta cuando dice que si no tuviéramos deseos estaríamos fiambres.
Vive y deja vivir. ¿Y cuando el entorno te va poniendo zancadillas continuamente y uno no tiene bemoles suficientes para mandarlos a todos a tomar por culo empezando por la familia (en algunas ocasiones).
Joder, qué fuerte me ha salido esto, pero no lo borro.
Salu2.

Joaquín dijo...

Saber vivir también es aclararse lo que de verdad uno quiere y anhela, que no tiene por qué ser lo mismo que apetecer una cosa de momento.

Juanma dijo...

Decimos, y decimos mal, aquello de "pide un deseo". Pero resulta que los deseos no se piden, se piensan. Lo que se pide, en todo caso, es el objeto protagonista de un deseo.
Y la vida, sí, es preguntar. La pregunta es un hallazgo lingüístico impagable. Nos mueve a pensar, nos distingue como humanos.
Claro está, partiendo de la premisa de que la humanidad y el pensamiento confluyan.

Un abrazo, querido Javier.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Rodri, opino igual que tú.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Hola Passion, y el mio, y todos, por eso no existe.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Pero también decía otro filósofo, querido Jesús, que el que se mete en cosas difíciles, siempre encontrará dificultades.

Por eso, lo mejor, es la nada.

Y en la nada, ni hay muertos, ni vivos.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Joder Ridao, pues sí que estás maduro. Leo tu entrada de hoy y me quedo, no te lo digo, porque me he soltado y ya hasta los premios me salen.

Que no estás espeso hombre.

Un abrazo mañanero.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Dyhego, la cabeza bien alta y el corazón en la mano, como los comparsistas.

No me empeño en nada.

Y levanta ese ánimo, que las zancadillas son sólo eso, zancadillas.

Un fuerte abrazo hombre.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Buena y respetable aclaración Joaquín.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Querido Juanma, usted está tan maduro o más que Ridao.

Bellas palabras las suyas.

Un abrazo.

Ranzzionger dijo...

Escueto pero profundo. La realidad y el deseo que decía el poeta. Lo que yo no sé es si nuestros deseos los pensamos o nos vienen así, quizás lo que pensemos sean las consecuencias de llevarnos por nuestros deseos, y en eso, sí que somos humanos. Ese es un síntoma de decadencia de una sociedad, en la que hay que multiplicar los estímulos y deseos que, una vez sastifechos, acaban engendrando frustración. Niños que amanecen rodeados de juguetes el día de Reyes, para acabar jugando con la caja de cartón.
Un abrazo.

Julio dijo...

Creo, amigo Javier, que la grandeza del deseo reside precisamente en que no lo entendemos.
Magnífica entrada, dispara la reflexión.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Ranzzionger.

Lo que dices, es más verdad que la vida misma.

Y me quedo con el final, con los niños jugando con la caja de cartón.

Como ves, y como dices, ¿dónde está el deseo?

Un abrazo amigo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

En lo que no entendemos nunca, amigo Julio, nunca.

Gracias por tus palabras y un abrazo para ti.

Peggy dijo...

El deseo mueve el mundo ...

DIANA-CHAN dijo...

jajajaja
como me ha gustado el post pasado.

sera que no es como imaginamos el tal deseo?

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Peggy, que no, que el deseo no existe.

No queremos enterarnos.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Hola DIANA-CHAN, mil gracias por tu álogo.

Un abrazo.