miércoles, 12 de mayo de 2010

Cadión (Elogio de la Irreverencia XX)



La verdad es el cúmulo de ofertas que nos presenta y regala la vida. La verdad es el recuerdo, la poesía que deja de escribirse y siempre permanece. Un encuentro definido por la creación sin contar con ella para realizarse.

La supresión de los comentarios personales en el proceso de creación es acertada, es rigurosa, pero no es verdadera. El artista no puede ocultar su rigor y su experiencia. Utilizar el idioma, el lenguaje como vehículo, deja paso al desengaño. El idioma es el medio y es la esencia.

Todo lo demás se corrobora. La teoría de Parra sobre la histeria y la frustración es completamente cierta. Eso es la poesía. ¿O tal vez la antipoesía?

Poesía es antipoesía y viceversa. Es verdad.

Dice el callista de Tomares que un amigo abre un nuevo bar en Sevilla. Muy cerca de donde trabaja Julio, más cerca de donde vive Romano. El establecimiento se llamará Cadión.

¡Menudo honor! Comenta dios que ya tendremos un lugar para regar la eternidad. A unos cuarenta kilómetros de casa, de la isla, pero un lugar verdadero.

La experiencia determina la creación y la experiencia tiene que ser contada. Es la verdad.