viernes, 7 de mayo de 2010

El Brujo (1995)



El Brujo (1995). Antonio Martínez Ares.


Será que vuelvo como un falderillo.
Será que tú no me dejas marchar.
Será que en la guitarra está el remedio.
Será que no soy nada sin disfraz.
Será que tú me quieres, yo te canto.
Será que yo no pido y tú me das.
Será que cada año es otro año.
Será que nos mantiene el Carnaval.
Será que el primer premio
sólo importa, al que te quiere ver perder,
que vengo para hacer tu historia.
Será que el corazón quiere volver.
Será Cai que estoy como al principio
por tu culpa embrujao, embrujaito.

Música de caracolas
y un toque de cangrejitos.
Sombra de azoteas moras,
chispa de ojitos fenicios.
Una pizquita de levantera
y las penitas de treinta siglos.
Un pico de luna de la Caleta
una torreta de San Francisco.
Añádele un pasodoble,
agrégale un estribillo,
pa ser brujito de Cai
te hace falta un bebedizo.

Y deja que la receta
se la lleve el Vaporcito, por la Alameda.
Que sí, que no, que no, que no,
que sí, que no,
que no, que sí, que yo no sé cómo formar
¡ay un conjuro pa que tú me quieras a mí!
Que no, que sí, que sí, que sí, que no, que sí,
que sí, que no, que no sé cómo librarme
de tus brazos y salir de esta prisión…
por la Alameda.

La cárcel para el recluta
que antepone su conciencia.
Fianza pa los banqueros
que nos roban la vergüenza.
Grilletes para las lenguas
de vascos y catalanes.
Oído a tantos partidos
chaqueteros y charlatanes.
Fuera el argentino, el marroquí,
que nos quitan las habichuelas
que esta España es un país
pa ladrones de primera.
Huelgas, ETA, paraos, ¡qué mogollón!
Felipe que no te enteras,
que nos vemos cara al sol.
Canta Cai, mi Cai, un febrero más,
que mientras cantas chiquilla,
no te acuerdas de llorar.

Quién te ha hecho un maleficio
pa que nunca más despiertes
que te faltan tus barquitos
y te sobran tantas redes.
Se nos van por nuestras coplas
Siempre algo de lo mismo
y el caldero ya rebosa
tres por cuatro compromisos.
Contra el llanto, purpurina,
contra el paro, febrerillos,
contra el hambre, bambalinas,
contra el miedo, papelillos.
Yo nací pa ser brujito
y librarte de los males,
lástima que mis hechizos
sólo sirven en Carnavales,
en Carnavales.

Vente a la calle febrero
pa enseñarte brujerías,
dejaremos en el aire
las penas de cada día.
Tú grita ¡abracadabra!
y ya estamos en La Viña.
Saca de tu bolsa polvitos de plata,
un ramo de flores, pa las niñas guapas.
Cuarto de charanga, medio de ilegal,
tu primer hechizo no te fue tan mal.
Brujitibirimarramundiaquitanquipirai,
si no haces el trabalenguas
podrán decirte que no eres de Cai.
Aparece y desaparece por cualquier barrio,
apréndete el tango Los Anticuarios,
ponte colorete que es necesario.
Mira como el fuego se mete en tus venas.
Mira cómo hierve, mira cómo quema.
Qué mejor hoguera pa un pobre brujito
y morir en plaza con los cuplecitos.
Vengan serpentinas, venga un tatachán,
desde Puertatierra a la Catedral.
Quédate con el cante que esta es
la magia del Carnaval.

Caminando, caminando, caminando.
Una España que se calla, otra hablando.
Unos que no quieren sangre,
otros matando y seguimos caminando.
El Sur que no encuentra agua ni llorando
y el Norte poniendo muros, mientras tanto
y cada día más viejos recordando.
Sí, medio mundo de ricos,
medio agonizando.
En el nombre del progreso, torturando,
¿de qué color es tu cara? sentenciando.
Niños jugando a la guerra, aplastando,
asesinando, sufriendo, clamando…
Y seguimos caminando.

Resuenen rayos y truenos,
que se despierten las olas,
que está muy triste mi Cai, llora.
Que hablen ya tus campanas
desde El Pópulo hasta El Carmen,
que yo quiero que viva
y otros quieren enterrarte.
Qué pena más grande, qué pena,
mendigando las promesas.
Tantos poetas que tienes
y ninguno se revela.
Derrama tu sangre salada
por tus barrios y tus calles.
A ver si así se dan cuenta
que estoy perdiendo a mi mare.

Brujita, lo siento, brujita,
se acabaron mis hechizos.
Si no puedo darte vida
deja que muera contigo.
Si no puedo darte vida
deja que muera contigo.
Si no puedo darte vida…