A veces el rostro de las personas varía.
Suele manifestar engaño y mentira, suele preceder a una transformación.
Ahora miro la foto del poeta que ha dejado de
ser poeta y siento miedo, y rabia, y desesperación. Ya no es el que fue, o
mejor nunca ha sido. Nadie toca la luz con las manos mojadas.
Solo deja de ser quien nunca ha sido.