María vivía cerca de la ciudad, en una barriada marginal de mucho
oficio. Era muy bella.
Nunca hablé de María. Representaba la esencia y la elegancia. Hoy la
recuerdo. Juan me ha abierto los ojos. Lo necesitaba. El ser humano precisa de
equinoccios, de solsticios, de verdades.
Sócrates hablaba siempre en boca de otros. Una vez aconsejó sobre la
impropiedad, a Critón. Maldigo la hora en la que me hice hombre. Bendigo el
momento en el que leí a Platón.