jueves, 18 de diciembre de 2014

María




María vivía cerca de la ciudad, en una barriada marginal de mucho oficio. Era muy bella.

Nunca hablé de María. Representaba la esencia y la elegancia. Hoy la recuerdo. Juan me ha abierto los ojos. Lo necesitaba. El ser humano precisa de equinoccios, de solsticios, de verdades.

Sócrates hablaba siempre en boca de otros. Una vez aconsejó sobre la impropiedad, a Critón. Maldigo la hora en la que me hice hombre. Bendigo el momento en el que leí a Platón.