Para Platón existían los géneros
supremos. Eran varios. Habla de ellos en el Filebo, en el Timeo y en el
Sofista.
De todos hago propia la idea de contrario
del Teeteto. La oposición es
reflexión y comparación.
El amor infinito, los afanes, que escribiera Leopardi.
Tal vez recuerdo a dios porque estoy solo. Lo
dijo Luis Rosales.
Los géneros supremos no son
categorías, adoptan el nombre de estirpes, su éxito radica en la contradicción.