Las hormigas recogen alimentos sin descanso. Alrededor de las bellotas
que han caído al suelo todo son insectos. Ordeno los libros en las nuevas
estanterías. Solo organizo poesía contemporánea y filosofía. Colecciones
completas.
El tono nogal en el pino chileno da un color rojizo a la madera. Pero
el lomo de los libros, dispares, enriquece el espacio. Buscaba un fondo corto,
muy pequeño. Un solo libro de poesía que no tenga más de 18 de ancho.
Un antisistema es un individuo que se opone a lo establecido, y se
hace notar, y se deja ver. Suele vivir del pasado, en el pasado y con el
pasado. Y el pasado no existe, luego el antisistema es pasado.
No he colocado aún las casas de los pájaros, esperaré a la primavera,
en otoño aparecen y desaparecen, como los frutos del huerto que arranca
Francisco sin mérito y sin compasión.
Solo tomo cebollas y pimientos, estos últimos enriquecen. En el
armario del último cuarto, y bajo la oscuridad, guardo bolsas negras repletas
de calabazas y calabacines. Otorgan alimento hasta el próximo verano. Sin luz
conservan casi todas sus propiedades. Endurecen su piel aunque el fruto es
jugoso y con sabor al orden de la mediocridad.
Recibo visitas. Últimamente acuden elementos y sombras con poca
paciencia. Frío unos pimientos con cebolla junto a una infusión de hierbaluisa.
Las manos huelen bien. El corazón aguarda. El corazón espera.