sábado, 31 de diciembre de 2011



SI digo que te quiero me duele la cabeza. Por eso, en estas tardes, me acuesto con Catulo, con Parra, con Rilke o con Novalis. A Colinas lo dejo para cuando amanezca. La brisa en la mañana y la encina o el olivo, enriquecen su obra.