Me gusta escuchar a las personas, apoyo la mano en la barbilla y pongo
cara de interés. Sobre todo cuando no hablan de literatura.
Los mejores amigos que poseo nada tienen que ver con la poesía,
incluso uno de ellos nos llama locos, pero me encanta oír sus insultos
cariñosos y reales. Tiene mucha razón.
Durante las últimas semanas recibo muchos originales. Respondo a
todos. A la mayoría le agradezco el envío y le deseo suerte. Uno de ellos
cuando leyó mi respuesta me escribió un mensaje larguísimo. Indicaba que como
ni era amigo de García Martín, ni Trapiello le mencionaba en sus diarios, ni
los suplementos literarios hablaban de su obra, lo entendía.
Pero también escribió en su email: ¿Y
quién es García Martín? ¿Quién es Trapiello? ¿Quién escribe en los suplementos?
No respondí a su escrito.
