El orden de los elementos nunca altera el resultado. Eso debió pensar la
probabilidad mientras proporcionaba la información exacta. Pero sí, sí se
altera el resultado, el concepto de los números que uno posee es muy peculiar y
todo se centra en el uno. Tal vez porque estamos a punto de cumplir los
cincuenta años, y cincuenta es uno, nunca es cinco.
Deseo agradecer a Antonio Colinas y a Tomás Rodríguez Reyes, Tomás
Rodríguez Reyes y Antonio Colinas (no sea que ellos sí reconozcan el orden de
los elementos), las palabras que han escrito para la reedición de La muerte oculta.
Todos aquellos lectores y amigos que han leído esos textos, me indican
que son magníficos. Y me lo creo. No se lee con los mismos ojos aquellas cosas
que se dicen de uno, en absoluto. Pienso en el uno y me conformo.
Dejo aquí la cita de Cansinos Assens con la que se abre el libro
primero de La muerte oculta.
Toda poesía verdadera fue siempre absurda y
escandalizó a los profanos.
La muerte oculta (1996) (segunda edición), Vitela, Sevilla, 2014.
(Prólogo de Antonio Colinas y epílogo de Tomás Rodríguez Reyes).
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