viernes, 25 de octubre de 2019

Amiel



Amiel: Diario íntimo

La política honrada no debe adorar sino la justicia y la razón, y debe predicarla a las multitudes, que representan por término medio la edad de la infancia y no la edad madura. Se corrompe a la infancia si se le dice que no puede engañarse y que tiene más luces que aquellos que la preceden en la vida. Se corrompe a las multitudes cuando se les dice que son la sabiduría y la perspicacia y que tienen el don de la infalibilidad.