jueves, 31 de octubre de 2019

Krishnamurti



Krishnamurti: Diarios

Sin experimentar la esencia, no hay belleza. La belleza está meramente en las cosas exteriores o en los íntimos pensamientos, sentimientos e ideas; la belleza existe más allá de este pensar y sentir. La belleza es esta esencia. Pero esta belleza no tiene opuesto.
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Sólo hay destrucción y no cambio. Porque todo cambio es una continuidad modificada de lo que ha sido. Todas las revoluciones sociales o económicas son reacciones, una continuidad modificada de lo que ha sido. Este cambio no destruye en modo alguno las raíces de las actividades egocéntricas.
La destrucción, en el sentido en que estamos empleando la palabra, carece de motivo: no tiene un propósito, el cual implica una acción con vistas a un fin o resultado. La destrucción de la envidia es total y completa; implica libertad con respecto a la represión, al control, y sin que exista motivo alguno para ello.
Esta destrucción total es posible; radica en ver la estructura completa de la envidia. Este ver no está en el espacio-tiempo sino que es instantáneo.