Krishnamurti: Diarios
Sin experimentar la esencia, no
hay belleza. La belleza está meramente en las cosas exteriores o en los íntimos
pensamientos, sentimientos e ideas; la belleza existe más allá de este pensar y
sentir. La belleza es esta esencia. Pero esta belleza no tiene opuesto.
...
Sólo hay destrucción y no cambio.
Porque todo cambio es una continuidad modificada de lo que ha sido. Todas las
revoluciones sociales o económicas son reacciones, una continuidad modificada
de lo que ha sido. Este cambio no destruye en modo alguno las raíces de las
actividades egocéntricas.
La destrucción, en el sentido en
que estamos empleando la palabra, carece de motivo: no tiene un propósito, el
cual implica una acción con vistas a un fin o resultado. La destrucción de la
envidia es total y completa; implica libertad con respecto a la represión, al
control, y sin que exista motivo alguno para ello.
Esta destrucción total es
posible; radica en ver la estructura completa de la envidia. Este ver no está
en el espacio-tiempo sino que es instantáneo.