lunes, 21 de octubre de 2019

S. T. Coleridge




Lunes de febrero de 1797

Mi querido Poole: —Podría informarle al autor más aburrido cómo podría escribir un libro interesante. Permítale relatar los acontecimientos de su propia vida con honestidad, sin ocultar los sentimientos que los acompañaron. Nunca leí ni siquiera la Experiencia de un metodista en la "Revista del Evangelio" sin recibir instrucción y diversión; y casi debería desesperarme de ese hombre que podría examinar la vida de John Woolman sin una mejora en el corazón. En cuanto a mi vida, tiene todos los encantos de la variedad: alta y baja vida, vicios y virtudes, gran locura y algo de sabiduría. Sin embargo, lo que soy depende de lo que he sido; y tú, ¡mi mejor amigo! tener derecho a la narración. Para mí, la tarea será útil. Renovará y profundizará mis reflexiones sobre el pasado; y tal vez te haga contemplar sin ojo implacable o impaciente esas debilidades y defectos en mi carácter, que tantas circunstancias adversas han acordado plantar allí.