VUELVO a
Rilke. ¿Elegías? Fracasos. La torpeza es un acto que comienza en domingo, como
el ser renunciable que atiende y desespera.
Voy cerrando
cuadernos. Dejo el marrón abierto. Por lo que pueda pasar pero que nunca
ocurre. Embalo cajas y en el precinto figuran las iniciales JSM. No numero, es ordinario. Prefiero
recordar el color y el olor y la mancha. La señal del alimento.
Se han
marchado los pájaros. Los insectos me huyen. Cuando paso debajo de una encina
siempre caen las bellotas. Los membrillos se pudren bajo el árbol de sombra.
¿Nada o todo? Misterio.
Paseo, paseo y
paseo. El bastón me acompaña. La tos se vuelve irreverente y apenas puedo leer
sin gafas. Ni siquiera a Rilke.
Tengo la
sensación de ser un membrillo a los pies de una sombra. El amarillo de la piel
se vuelve marrón como el cuaderno. La realidad supera el remordimiento. Hace
frío. Mucho frío. El cielo ya no tiene nubes.