Me cansa leer los escritos de los autores que hablan de ellos con la
boca cerrada. Existe la afinidad como también está presente la disensión. Todo
está lleno de hormigas. Trabajan a destajo en otoño, con prisa.
Valorar un poema no consiste en admirar su construcción perfecta, el
oficio de su autor. Nadie es juez y parte. Todos somos antónimos.
El joven poeta que buscaba maestros imitaba, sentía la protección de
un manto engalanado. Suspirar es idéntico a aborrecer.