La realidad es finita. Repito mientras saco a un ratón y a un sapo de la piscina. Utilizo
una red. El ratón se muestra encogido, el sapo está hinchado.
Puesto que nací sin desearlo, y soy, seré pero dejaré de ser, poseo
principio y fin, algo finito.
Todo posee ese principio y su propio fin, hasta las más mustias
creencias de la falsa seguridad.
Miro al ratón y al sapo. Muevo la red. Hasta me atrevo a pasar el dedo
por sus cuerpos. El ser humano busca argumentos destructivos para autodefinirse,
falsas relaciones para complacerse y nunca, absolutamente nunca, cree en la
mentira, lo único infinito de la naturaleza.