sábado, 3 de enero de 2015

No existe




En El Tabo se me dio la oportunidad de comprobar que la poesía es una inocente tristeza que nace del delirio.

En México D.F. descubrí que la esperanza del humilde no existe.

Ahora, de vueltas del viaje, busco el ambiente cálido y cordial que solo otorga la soledad y el silencio. Y sigo afirmando que el arte es mentira y que los monstruos existen, la historia los consume.

He dejado de tener iconos, pasado y fe. Alimento el fuego de la chimenea con la respiración y con la muerte de los antepasados.

Soy un animal infernal con estados naturales, y habito en el laberinto, en el espejo que tiene el marco verde.