Giacomo Leopardi: Diálogo de
la moda y de la muerte
Te harás inscribir en todas
cuantas academias puedas y, desde el principio, harás gala de tus títulos
honoríficos en la portada de tus libros y en todos los casos donde se te
ofrezca la oportunidad. Una vez que todos los hayan aprendido de memoria, los olvidarás,
haciendo ver que no te preocupas de ellos ni los ocultas, a fin de que los
otros te tengan por magnánimo. Creando y publicando, escribirás cosas que
gusten a las mujeres y a los caballeros; en suma, a todos aquellos que están a
mi servicio, y los imprimirás espléndidamente, en hermoso papel y caracteres,
con figuras grabadas, graciosas encuadernaciones y demás. Aunque la primera
edición no se haya vendido, mandarás hacer otra diciendo que la primera se ha
convertido en una rareza. Y no mentirás, porque de hecho no se encontrará sino
en manos de muy pocos, es decir, de los libreros. Y asegúrate de que la segunda
edición tenga más éxito que la primera.