El alba determina 
Miro el pasado 
pero seguramente nadie recordará 
los tallos de las rosas, 
las respuestas, 
mis pasos. 
Miro los páramos, 
los últimos molinos de adviento, 
la soledad que alienta alguna duda. 
Dibujo el tiempo en los campos. 
Atrás quedaron días profundos, 
silencio 
vertido en el rumor de las orquestas, 
silencio de tristeza, 
de hojas amarillas, 
de caminos amargos, 
de mujeres colmadas por el sabor a muerte 
y de ti. 
Habitas lo más hondo del olvido 
como un latido quieto por el tiempo, 
como tierra que dejo 
antes de recorrer los montes,
los
bosques; 
la locura de ser 
               un fruto blanco y luminoso 
    que la aurora extermina.
(De La muerte oculta, Arca del Ateneo, Córdoba, 1996)
 
