Dicen que cuando desean dar suerte a los amigos del arte se utiliza el
término “Mucha mierda”. Yo lo utilizo en su sentido literal para justificar las
críticas literarias que hoy día realizan los críticos que se hacen llamar
literarios, pero se quedan en la expresión y en el término de su más absoluta
integridad.
Círculos, círculos. ¡Qué pena de círculos! No saben lo que se pierden.
Además, he descubierto, que en los últimos tiempos realizan un acercamiento
falso. Hablan y mencionan a alguno de la verdadera literatura, para
justificarse. ¡Mucha mierda!
Como decía Proclo Todas las
cosas están en todas las cosas, pero en cada una según su naturaleza. O lo
que es lo mismo, ¿hay inteligencia en sus reseñas?
Lo que hoy día se considera intelectual no es existencial. ¡Ni mucho
menos! La vitalidad o vivencia de sus actos beneficia a la falsa
intelectualidad. Tomen un suplemento cualquiera, el que deseen. Hablo de suplementos
literarios. Proclo era sabio. La unidad es el número total de los dioses, nunca
de las cosas. Todo dios está por encima
del ser, nunca el reseñista está por encima del poeta.
Inteligencia, busco un poco de inteligencia en las mareas, en las
alturas, en los dioses que aprenden y no serán participados, en los
conocimientos indivisos, en la reversión de la verdad.
Me hablan los pájaros y no paro de sonreír. ¿Inteligibles? ¿Intelectuales?
¡Mucha mierda! ¡Mucha mierda!
Por complacer a mis superiores / soy capaz de
pararme patas arriba.