miércoles, 5 de marzo de 2014

Presente




La primera vez que leí el contrato estaba a punto de cumplir veinte años. Lo entregó Saúl en Roma, dentro de la caja misteriosa.

Nunca obedecí a sus indicaciones y hay párrafos que conozco de memoria. Otros, los más sensibles, evito leerlos. Hoy acudo a él y salgo a la calle, arrojo las muletas y permanezco en pie con un equilibrio propio de los atareados.

Un señor se ha bajado de un coche y me ha entregado las muletas. Ha mirado fijamente y ha sonreído. Era el indolente número 13.

El presente por encima del día de mañana. Vivo el presente. El pasado no existe y no creo en el futuro. Cuando firmas el contrato todo es futuro, pero ahora solo presente, ya no existe el futuro en la vida.