Todo esto es obvio. No me parece tan obvio, en
cambio, el modo en que ha surgido la situación en que nos encontramos. El robo
a mano armada que suponen los libros es sencillamente una estafa de lo más cínica.
Z escribe un libro que publica Y, y que reseña X en el Semanario W. Si la
reseña es negativa, Y retirará el anuncio que ha incluido, por lo que X tiene
que calificar la obra de "obra maestra inolvidable" si no quiere que
lo despidan. En esencia ésta es la situación. Las reseñas se han hundido a la
profundidad a la que hoy se encuentran, sobre todo porque los críticos sin
excepción tienen a un editor o a varios apretándoles las tuercas.
George Orwell (1903-1950)