EL NUEVO cuaderno es como la
bicicleta blanca, a partir del minuto 1,08 aprendemos. Conseguimos dejar de ser
para ser, aunque no visitamos el paraíso, estaba de vacaciones. Echo de menos
todo. Mientras el filósofo no gobierne los estados la sociedad permanecerá
estancada.
La foto en el bosque de pinos
y eucaliptos sirvió para maquillar una imagen por la que nadie apostaba. Era la
melancolía. La pura soledad.
Elimino las instantáneas y
la música. La palabra es el arte y lo otro es ajeno, aunque también sea arte.
Pero no me gusta que confundan los calabacines con los pimientos, sobre todo
los no poetas.
Un tiempo no sirve. Para
dejar de ser hay que hacerlo por siempre y jamás. Caminando sin ti. Es la
justicia y en poesía ser justo es vivir consecuente.
Echo de menos, aunque no
desee reconocerlo, la ventana de la casa de Londres en Marylebone High Street. Cerca
de Orrery hay un pequeño parque, un
espacio invadido por una vegetación inmensa. Desde la ventana del comedor de la
primera planta se observa la cancela cerrada. Los turistas se asoman entre los
barrotes, es la curiosidad.
Suelo rodear la manzana y
respirar los efectos de la naturaleza, de ese pequeño espacio sostenible y
justo. Como el comunismo poético de
Juan Ramón pero sin tener en cuenta ni a los gobernantes ni a los gorriones.
En privado. Lo bello suele
ser privado, claro que sin filósofos lo público deja de ser rentable, o mejor,
no se dispone al pueblo como el pueblo se merece.
Ha dicho hoy don Nicanor que
sigue siendo un individuo, que la poesía sigue sin molestar a nadie y que está
muriendo lentamente. Imagino sus dedos, las arrugas y su frente. Respiro
naturaleza. Es la curiosidad.
Maldigo a todo aquel no sea
justo, consecuente, a quien no posea curiosidad y a quien defienda lo privado.