NIEBLA. Vuelve la niebla a
nuestro alrededor. Me han llamado los niños para que les lleve el alimento. Un
tiempo, deseo dejar de ser un tiempo, simplemente un momento. Nada más. Ese
instante que Platón utiliza para dar la vuelta al vinilo. Un aplauso y un sorbo
al vaso de la boca ancha, el que estaba sobre la tapia de la azotea.
En Puerto Real existía una
brisa que me llevaba en volandas al colegio del Santo Ángel. Pero el ángel era
negro, como la sotana del hermano visitador. En el banco de san Clemente recibí
dos afirmaciones: la de Sharleen y la de Nacho. Entonces dudé, dudé
infinitamente. No sé si soy carne o pescado. Nunca sabré en realidad qué he
llegado a ser, ni me interesa.
Ríe A. Su voz inanimada es
un cartoons con palabras de vidrio
verde. Salto, sigo saltando en el centro. El primer libro de Fábula se titula La vida alrededor. Algo es algo, lo dijo Séneca en una ocasión.
Echo de menos la textura de
tus dedos, las palabras y el beso en la oreja. También recuerdo tu falda
colegial de cuadros burdeos y azules.
Doy la vuelta a mi vida.
Todo lo que aparece de repente es falso como el miedo y la niebla. Soñé que me
amabas pero no era cierto, querías la seguridad del alimento y todo lo que ello
sostiene. Salto las baldosas de dos en dos, con permiso de mi cadera dejo de
ser un tiempo. Quemo el libro de Cicerón porque me ha cansado tanta virtud.
Juan Ramón era grande, pero
todo lo que ahora rodea a Juan Ramón es tan falso como los archivos secretos
del Vaticano. Viene una mariposa y se posa en mi cabeza. Con las manos intento
asustarla. Fallo. Con las manos consigo que se acerque al oído.
Aquello que repite la
mariposa es un secreto tan grande como una estrella. Sonrío. Vuelve la niebla.
Ahora solo publico literatura, antes arutaretil.