viernes, 27 de marzo de 2020

Día 13



Dicen que la esperanza tardará al menos dieciocho meses. También indican los expertos que se aguarda una segunda oleada en el mes de octubre. Salgo a fumar a la terraza, aunque minúscula, la terraza es una esperanza. Imagino que los coches son libros, y les pongo nombres: Infierno, Paraíso, Infierno, Paraíso, …
Los vehículos debidamente estacionados son el infierno, los que circulan, pocos, son el paraíso. El infierno abunda, el paraíso escasea, y su tiempo de disfrute es muy escaso: dura tan solo el tiempo que tardan en cambiar de color los semáforos.
Pero como indica Cervantes en El Quijote: “Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres, pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias: vuestra merced se reporte, y vuelva en sí, y coja las riendas a Rocinante, y avive y despierte, y muestre aquella gallardía que conviene que tengan los caballeros andantes. ¿Qué diablos es esto? ¿Qué descaecimiento es este? ¿Estamos aquí o en Francia? Mas que se lleve Satanás a cuantas Dulcineas hay en el mundo, pues vale más la salud de un solo caballero andante que todos los encantos y transformaciones de la tierra”.
El silencio es nuestra única esperanza, la meta para alcanzar el paraíso.