El poeta debe ser y debe estar ajeno a la relación con otros seres
humanos. La esperanza es sonrisa pero no aporta, dificulta, es la doncella de
los héroes.
Silencio y soledad. El trabajo escondido, no buscando los frutos sino
persiguiendo la belleza y el centro indudable. El único camino a la verdad: la
proporción exacta.
Que un joven poeta de apenas dieciocho años diga que El violín mojado le ha impactado, es de
agradecer pero no lo agradezco. Ya no creo nada. Solo invito a que apaguen las
velas conmigo, soplo hoy las velas en honor del poeta y la casa huele a
hierbabuena. La forma de besar de las sombras es impasible.
Y ahora quién te va a cantar cuando te despiertes de aquello que no
crees. Quién besará tu rostro cuando se consuman los huesos.
Sé de cosas que se cuentan pero no me interesan. Leopardi me persigue
y debo serle fiel. Falta el tiempo, sobran manos para cerrar la puerta, viento
para apagar las velas y razón, la razón nunca será ciencia.
El trabajo escondido. Bajo las sombras de las encinas escribo para mí,
solo para mí. Y, desde luego, amaba a las coristas. Nunca he dejado de hacerlo.