domingo, 22 de diciembre de 2013

La otra realidad, la verdadera




La realidad verdadera existe pero no es visible a todos. La gran mayoría debe conformarse con lo que puede observar y en base a ello actúan y viven.

Pero la realidad real, aquella que se refleja en el espejo de marco marrón, es muy diferente. Es naturaleza, silencio y soledad, bondad infinita e indolencia.

Toco el marco del espejo. Hace mucho frío. He dejado la chimenea apagada y las ventanas permanecen abiertas. El humo del cigarro se confunde con el vaho de la respiración. Siento un dolor inmenso en los muslos, en la espalda, en la cabeza. Pero sigo sonriendo, lo hago mientras un rabilargo se posa en el hombro.

Vuelan los pájaros en diciembre. Los observo. También corren las hormigas por las losas y las arañas hacen lo propio en el césped. Agarro el tronco de la encina más débil y canto una antigua canción. Caen las bellotas sobre mi cabeza.

Ladra un perro. El sonido se va acercando a casa. Es un perro real. La verdadera realidad nos atrapa, como lo hace el sol a mediodía. Solo ocurre en diciembre.