Finalicemos en nosotros
aquello que comenzamos hace años, cuando apenas disponíamos de inteligencia. El
alma es el diálogo de la luz y la sombra, la firma del contrato, la rigidez del
banco que soporta alguna eternidad.
Respira. Por nuestra vida
pasan capítulos de un sueño plácido y real. Todo ha sido, aunque la mentira
inunde cuanto acaba y cuanto empieza. Respira.
Mira tus manos. El reflejo
del sol en la piel deja entrever las líneas del amor. Esto es vivir. La gracia
delicada, la lucha y la ignorancia.
Cuando dudes de todo cuanto
existe pregunta al indolente número 7. Él revisará el contrato que firmaste
antes de ser luz. Incluso se atreve a darte copia para que la conserves y la
leas en el banco, en la azotea, a la orilla del mar.
Destruí mi ejemplar. Finalicé
aquello que empezó en diciembre, justo a mediodía.