En el paseo de hoy encontré a unos caballos. Subí por la ladera ya que
el padre pensó que deseaba hacer daño al potro. No apartaban la vista.
La poesía no requiere adeptos, quiere amantes. Lo dijo Lorca. Y hoy me lo recuerdan, como la propia expresión de
los mamíferos. El amor como la virtud precisa desconcierto, caos, invisibilidad.
Leo y contemplo la foto, la expresión de defensa. ¿Anterior o
posterior? También me recuerdan las palabras de Borges: Leer, por lo pronto, es una actividad posterior a la de escribir, más
resignada, más civil, más intelectual.
Creo que leer es anterior, simultáneo y posterior a la labor de
escribir. No debe haber resignación en la lectura, debe existir el amor, como
diría Lorca, ser amantes, buenos amantes de la lectura que es alimento.
El potro se refugia en su madre. Recuerdo unos versos de Fernando de
Herrera:
Espíritus de amor en aquel fuego
armaron las saetas y cadena
y ardió el cruel, herido preso
cuello.