viernes, 11 de abril de 2014

Se ha roto el acebuche




Se ha roto el acebuche. Soportó tantos versos en sus ramas, discursos, las visitas de pájaros innumerables, el peso de la vida y de la luz.

Se ha roto el acebuche. Lloro de ver su savia por el césped, la energía esparcida como elemento muerto y no vivificador.

Se ha roto el acebuche. Las nubes se acercan a cantar una aria que sirva en recompensa, el recuerdo es pasado y el pasado no existe.

Se ha roto el acebuche. El gato negro ha traído un sombrero en la boca, como el don de los ebrios, la estirpe verdadera.

Todo llega a su fin, menos la muerte.