martes, 8 de abril de 2014

El reflejo


Contemplamos una parte de nuestro cuerpo, nunca la integridad. Los ojos conocen nuestras manos, las arrugas de la piel, aquello que presencia sin dificultad.

El conocimiento completo (que es erróneo) se realiza exclusivamente mediante un reflejo. Los espejos transmiten una parte nunca el todo. Las fotografías recogen un instante concreto también limitado.

Fijamos la mirada en un ser y lo observamos. En un segundo su movimiento varía la forma, la materia. Actos espontáneos subordinados al movimiento.

La poca importancia que otorga el ser humano a su cuerpo le impide su visión al completo.

El frío, el calor, la alegría, son síntomas materiales, ajenos al propio entendimiento.

Entra en el espejo y observa tu mente, no reflejada, presente en ese universo real y verdadero. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, lo decía Hölderlin. Figuras, escenas vacías, plantas, nubes, pájaros, el espejo que tiene el marco verde refleja al hombre, y no es un sueño, las sombras hablan como lo hace Saúl, el ángel negro.