Lo que más sorprende cuando abres
la puerta ahí es el silencio. Sin sonido no destacan los elementos. Es
una sensación de verdad. Solo los siniestros intentan hacer hablar al silencio,
sacarle sus palabras o sonidos, extraer argumentos que nunca desvelarán. Pero ahí
nada rompe el silencio.
El silencio ahí es un
efecto, como un procedimiento, la marea que cubre de belleza la tierra, el
fuego que calienta y no destruye, un silencio sin vacío.
El
silencio es la definición inadecuada de las palabras.