Las naciones adquieren su esencia
con los muertos. El reconocimiento de la identidad de una nación se consigue durante
el tiempo con la lucha, con el trabajo, con el sacrificio y con la hostilidad,
que siempre atrae a la muerte.
En nuestra vida hemos encontrado
elementos, algunos necesarios y otros no, pero todos son calificados como
recursos, medios. Ahora analizamos esa interminable lista y descubrimos que muy
pocos pueden ser considerados como necesarios en sí. Hemos llenado nuestra
existencia de cuestiones innecesarias, una de ellas es la información.
Es hora de evocar a los muertos.
A los muertos y a los vivos. Hay muchos vivos que están muertos. No hay ningún
muerto que esté vivo. Los muertos siguen teniendo espíritu, habitan en la
tierra de las almas, una nación con esencia, con reconocimiento, una nación de
tierra. Los muertos y los vivos. Télefo y Aquiles. Apolo observa, escucha,
contempla, atiende.
El silencio es el largo camino
hacia Troya.