Aprendo del sol y de la
luna, de la tierra y del cielo, del agua y de la arena. La importancia
indudable nunca requiere explicación, precisa de humildad, de la iluminación
que producen las cosas intermedias.
Nunca camino hacia la
perfección, tampoco viajo al localismo definido por la inconsistencia.
No solo hay poesía en Andalucía,
existe en toda en España, en el mundo. Tampoco aquellos que se hacen denominar
críticos de nombre y oficio resultarán eternos y certeros. Nunca cierres el
círculo, las viejas glorias que no llegan a nada reconocen su fracaso con la
mediocridad y el mal gusto.
La poesía es incorpórea,
nunca le pongas nombre y apellidos. Disfrútala en silencio, en la más absoluta
soledad, allí radica su dimensión y su pureza.
Aléjate de los maestros
contemporáneos. Son indecibles e inoperantes. No poseen ni la sensibilidad ni
el afecto. Son descriptivos, parciales y caducos.
No te consideres culpable y
sé discreto. Las cosas intermedias son noéticas.