Preparamos unos MM. El número 13 me acompaña. Hablamos de poesía en
clave de correspondencia.
La lírica contemporánea es la poesía de la nada. Una conjunción de
palabras escritas por no poetas que
no leen, aunque lo afirmen. Incluso se atreven a poner citas de autores sin
sentido. La palabra verdadera es un incendio, una llama permanente que estos aprendices
no saben ni encender ni apagar.
Los no poetas son nada y su poesía es nada. ¿Desean más nada? Pues
comprueben los últimos premios de poesía otorgados. Si este año gana X un
certamen, como el próximo año estará en el jurado, lo conseguirá Y que es su
íntimo. Y así sucesivamente.
Hay personas, miembros de jurados, que un año no lo son por las extrañas
causas que nadie desconoce. Y resulta que ese año lo consiguen ellos mismos.
¿Causalidad o poca vergüenza?
Y ya, si eres de la prelatura, serás uno del elevado porcentaje de
finalistas que aspiran al Adonais, con jurados afines y versos de la nada.
El número 13 sonríe cada vez que me irrito. En ese justo instante le
recito unos versos de Parra:
Cordero
de dios que lavas los pecados del mundo
Dime
cuántas manzanas hay en el paraíso terrenal.
Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Hazme
el favor de decirme la hora.
Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Dame tu
lana para hacerme un sweater.
Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Déjanos
fornicar tranquilamente:
No te
inmiscuyas en ese momento sagrado.