viernes, 1 de noviembre de 2013

Gorgias




El vuelo era el reflejo de la diferencia entre la verdad y la mentira, de aquello que figura en las capitulaciones de lo posible y soportable. Si alguna vez encuentro algo más existencial que el tabaco reduciré la especie a la interpretación y la rutina a la conciencia.

El indolente número 8, que fue creador y objeto de 62 estirpes, controla mi vuelo. Suele hacerlo con todos los iniciados. Se coloca bajo el cuerpo y a la misma altura. Nunca nos conocemos, justificamos las diversas especies del criterio, volamos hacia el saber.

La presencia del indolente garantiza la seguridad y evita los enfrentamientos con los pájaros. Los mayores suelen atacar a los pequeños, es la reencarnación del cielo.

La palabra poética es la mirada que nos permite seguir viviendo, que nos adentra en la sabiduría y se manifiesta en la única razón de la misma palabra. Con el hacer se consigue lo justo, el orden del alma y de la creación.

Los indolentes 5 y 6 acompañan al número 8. Todos poseen 62 estirpes. Entre los tres suman 186, que es 6.

Parménides y Zenón hacen de número 5 y de número 6. Intento despistar y consigo sorprender. La poesía es más sutil, pierdo a los interlocutores. El número 8 es Gorgias.