martes, 19 de noviembre de 2013

Todo es proximidad




La realidad es divisible. Se ejecuta en los números. Cada parte es igual y es diferente, como la suma de todos los indolentes que pasean por la playa o se adentran en el laberinto. Observo firmemente las cosas, la naturaleza, todo es orden del mundo, todo es proximidad.

La realidad está en continuo movimiento. Cada elemento precisa de otro para ser verdadero. La existencia es divisible y es limitada. Sin los números la esencia permanece escondida en el pensamiento ajeno. El fin es la aproximación, el desconcierto, el caos, las palabras que no aparecen en el diccionario.

Las sombras dejan huellas, razón y veracidad. Los siniestros nunca serán inteligentes, ellos confunden lo primario y lo opuesto, la dificultad y la demostración, lo consciente y lo significativo.

Tarda el hielo en derretirse. Los opuestos sí son sensibles. Su numeración es una convicción auténtica. Prevalece lo mágico en el caos, el desorden, en las nueve piedras y en los dos anillos.  La azotea, la puñetera azotea vuelve a aparecerse. Es un pasaje que gobierna el mundo. Es una coincidencia. Un periodo de la vida que recuerda a Loreto.