Comparto lo que escribe
Ignacio Echevarría (AQUÍ). Incluso debo indicar que se ha quedado corto. La
prudencia del crítico es evidente, pero el razonamiento lúcido.
Hablamos, en numerosas
ocasiones, de la agresividad de los escritores, algo que Echevarría denomina desánimo. Es real. Las cosas en su
sitio. Todo vuelve al origen, triunfa la verdad y la justicia literaria.
El descanso es el
pensamiento del inútil, la ignorancia de aquel que descubre su propio
estancamiento. Y es que lo actual es falso, es mentira.
Aunque no podemos olvidar
que el autor no sincero o no poeta, nunca reconocerá su falacia.
Vive en ella, engañado y engañando. Algo que algunos denominan descanso.
Y usted, mi querido lector,
no olvide que todo es mentira, nada es lo que parece ser, lo que nunca será en
realidad. Lea a Platón y no salga de él. En Platón está todo. Todo. Hasta la mentira.