lunes, 18 de marzo de 2013

Los impostores




SE ha convertido el miedo en verdad. Mientras los no poetas veneran a los impostores, sigo leyendo a Rilke. Es verdad, miedo y suficiencia.

¡Qué claridad más sincera! El Sur verdadero, la esencia del centro indudable.

En otros momentos del día acudo a Dante.

Doy un sorbo a la vida, saludo a los animales con dudas y huelo el campo. Cuento las nubes con los dedos y me pierdo. Llueve. He dejado el alma con la soledad. Intenta salir el sol y desespero.

Duele el olvido de los seres que amas. Siento en la poesía casi una despedida, como una dimensión. Pero me arrepiento de cada actuación que cometo. Me quedo en silencio para escuchar que vuelvo a estar solo. Nadie habla.

Grito a las arañas y a las hormigas para dar importancia, y para que conozcan quien lleva los pantalones en casa.

Ya no uso perfume, ni aftershave. Se marcharon las chicas de faldas colegiales. Subo a la azotea para buscar ese anillo que llevo en el dedo corazón, y no lo encuentro.

No he dejado de ser un tiempo, lo hago para siempre.