SE ha convertido el miedo en
verdad. Mientras los no poetas
veneran a los impostores, sigo
leyendo a Rilke. Es verdad, miedo y suficiencia.
¡Qué claridad más sincera!
El Sur verdadero, la esencia del centro indudable.
En otros momentos del día
acudo a Dante.
Doy un sorbo a la vida,
saludo a los animales con dudas y huelo el campo. Cuento las nubes con los
dedos y me pierdo. Llueve. He dejado el alma con la soledad. Intenta salir el
sol y desespero.
Duele el olvido de los seres
que amas. Siento en la poesía casi una despedida, como una dimensión. Pero me
arrepiento de cada actuación que cometo. Me quedo en silencio para escuchar que
vuelvo a estar solo. Nadie habla.
Grito a las arañas y a las
hormigas para dar importancia, y para que conozcan quien lleva los pantalones
en casa.
Ya no uso perfume, ni aftershave. Se marcharon las chicas de
faldas colegiales. Subo a la azotea para buscar ese anillo que llevo en el dedo
corazón, y no lo encuentro.
No he dejado de ser un
tiempo, lo hago para siempre.