Bajaba por las antiguas
escaleras de la Delegación Provincial de Cultura de la calle Capitulares. Las
piedras en el piso escoraban su pequeño cuerpo hacia los bordes, el lugar donde
el mármol facilita un paso correcto.
Unas gafas negras y grandes
cubrían buena parte de su rostro. Llegaba acompañado, poco después se sumaría
Pepe de Miguel. El acto no había comenzado. Me senté en un banco de madera,
allí dejé la chaqueta y la cartera con los papeles. Miraba los mensajes del
móvil y fumaba un cigarro con las piernas cruzadas.
Algún siniestro se acercaba
pero mis ojos seguían contemplando la delgada figura que se acercaba, el menudo
caminar y la palabra verdadera.
Después del saludo cariñoso
y auténtico indicó: ¿El bastón no es por
estética, verdad? Así es, respondí, es por ética Pablo, por ética.
Me quité las gafas de sol
amarillas por respeto, pero al ver que el poeta seguía con las suyas volví a
ponérmelas. Hablamos de versos y de tiempos, de palmeras, de islas.
En Córdoba hacía un calor
sofocante. Las cordobesas son aún más bellas. Los siniestros están en todas
partes. Hoy Pablo García Baena ha sido un ángel, un ángel indolente. Gracias
Pablo.
Noche oscura
San Juan de la Cruz
Porque es de noche y va cayendo el agua
nos abrazamos, solos, en el
viejo
regazo del sofá en tanto
suena
la voz de Nat King Cole,
triste y cálida
rama de broncas ascuas
crepitantes
en la garganta humana de los
discos.
Aunque es de noche duerme en
su litera
de angustia el senescal, ora
dormido
el obispo yacente sobre el
laude
y en su cama de ruedas
duerme el ciego.
Dormido el mundo, tú y yo
veíamos
solos sobre la tierra,
porque es noche
y el agua vierte pura hondo
sueño.
Un humo de durmientes nos
acerca
las bocas... Calla tu
corazón al miedo
aunque es de noche y está
frío el planeta
con nosotros y el bosque de
esa música
tupiendo yedras alrededor
nuestro.
Llamas somos de un sueño
largo y torpe
que los tendidos sueñan
silenciosos
desde el catre postrero de
la tierra.
Sólo es real el vaso
rebosante
de mi sed, aunque el agua
está manando
y es de noche para siempre,
noche oscura.
Pablo García Baena