sábado, 13 de julio de 2013

Humildad




El principio de la poesía es la tranquilidad interior, la armonía. Todo lo demás es externo, y lo externo es tormento, ausencia de libertad y dependencia. Se escribe en la verdad, en el amor único.

La literatura es sacrificio, abnegación sin recompensa. Nunca hay que buscar la retribución, ahí está la virtud, el mérito. La literatura es un sacerdocio con principios verdaderos. No sigas el camino del éxito, lucha hacia la felicidad. El deseo no es un hábito, es un error repleto de humo.

Las cosas suceden por sí mismas, sin premeditación. La armonía de la naturaleza nos sustenta, no la rechaces.

Aquellos que viajan con interés vivirán en el humo. Vivir en la sabiduría elimina la culpa, atrae la mansedumbre. El mérito del poeta radica en la humildad.

Prescinde de todo aquello, de todo aquel, que viaja hacia el éxito. Lee los libros clásicos y observa. No te distraigas. El centro indudable solo admite humildad, silencio y soledad.

Respira. Los indolentes número 33 y 44 me enseñaron a respirar en lentitud. Siente el olor del dominio. Escucha tus propios recursos, nada podrá abrumarte. Es la paz interior, sin éxito. Aleja de ti todo aquello, todo aquel, que huela a interés. La excelencia personal es la humildad.

La palabra poética es razón, la palabra y el acto sin alardes. La dignidad del poeta es la reputación de la humildad.