En las conversaciones con algunos amigos amantes de la literatura y en
alguna ocasión, siempre he repetido que Juan Ramón Jiménez, al igual que
Platón, tendría blog. Y no solo uno, varios.
Una persona tan meticulosa y detallista, pero a la vez tan activa,
estaría en contacto con el mundo por todos los medios posibles y probables.
También imagino a Juan Ramón enviado paquetes con libros, sus propias
revistas o intercambiando poemas entre sus conocidos. Utilizaría SEUR posiblemente. Tal vez porque la publicidad de esa empresa o la imagen
exterior le suponga una garantía adicional.
En la situación actual no estamos para enviar los libros con la
primera empresa que nos suene. Con Correos puede llegar o puede desaparecer.
Ahora el servicio de Correos se ha informatizado tanto que te encuentras a un
funcionario entrado en años tecleando con un dedo el ordenador para cobrarte la
tarifa reducida modo libro con tarjeta y de pronto, se queda sin línea.
Pero Juan Ramón no era tonto, y en estos tiempos miraría Packlink. Hay que verificar donde se pueden ahorrar unos euros, y si es en un
envío, mejor que mejor.
Mis envíos con SEUR los retira un empleado que se llama Domingo. Serio y equilibrado, es
fiel a la marca. Desde hace unos meses acudo a Packlink. El verbo comparar se ha convertido en un habitante más de la casa.