Aquí, siempre
aquí. Por más que lo intente solo consigo abrir la puerta, asomar la
cabeza y contemplar algo de la luz que ahí deslumbra. Ha impactado una
ilusión, hoy he escuchado una verdad, una melodía, una cualidad, como si el
alma se identificara con lo indefinido y lo oculto. Era ahí. No existían
las formas negativas, todo lo que recorría el sonido era la necesidad de
encontrarlo, la identidad que permite en estos tiempos moldear el lenguaje.
¡Cuánta belleza! ¡Cuánta bondad!
¡Casi toda la verdad! Era ahí. Y solo abriendo un poco la puerta. Porque
seguimos aquí. No salimos de aquí. Estamos aquí. La
importancia de encontrar sentido a este mundo. El fracaso es una figura que
nunca se refleja en el espejo. Estamos aquí, y aquí está el
primer sentido del aprendizaje.
El silencio es el último sentido
correcto.